Volvemos está semana conociendo más sobre las razas de perretes, le toca el turno al Yorkshire Terrier.

Tenemos que situarnos en la Inglaterra del siglo XIX, eran tiempos muy difíciles y de gran desigualdad entre clases, tanto que sólo la aristocracia y las clases altas estaban autorizados a tener perros de gran tamaño que normalmente utilizaban para la cacería, la clase trabajadora: campesinos, obreros, artesanos y gente con oficios humildes, se limitaban a tener perros pequeños de la zona que solían ser cruces de Terrier, que no eran muy grandes pero tenían un gran carácter y cumplían la función principal que eran eliminar las ratas y ratones.

Cuando comenzó la revolución industrial y empezaron a llegar multitud de trabajadores sobretodo llegados de Irlanda al condado de Yorkshire traían sus propios perretes de razas hoy extinguidas como la Clydesdale Terrier, esto originó que se realizarán cruces con otros terriers de la zona y fue entonces cuando se empezó a perfilar lo más parecido a lo que hoy conocemos como Yorkshire Terrier pero un poco más grande siendo estos unos hábiles cazadores de ratas.

Poco a poco las damas de la clase alta se fueron fijando en estos graciosos perros pequeños de pelo largo y se convirtió en una raza codiciada que se iba perfeccionando en busca de ejemplares de menor tamaño y que tuvieran una mayor textura sedosa en el pelo.

En el año 1886 fue reconocida como raza con el nombre de Terrier de Yorkshire.