Por qué odio las correas tipo “flexi”.

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Ahora mismo cuando vas a elegir una correa para tu perrete existen millones de tipos diferentes en el mercado y muchas personas por desgracia eligen por falta de información o, una vez más por viejos convencimientos, correas que son totalmente incompatibles para realizar un buen paseo y vínculo con su compañero.

La correa es la parte fundamental para que nuestro perrete vaya cómodo y pueda dar un paseo en condiciones, también es el canal de comunicación con tu perro durante todo el paseo.A través de la correa y de la forma en que la estés llevando puede ser tu gran aliada o el peor enemigo que exista.

Antes de hablar de por qué odio las correas tipo Flexi, os diré como es la correa perfecta para un paseo desde mi experiencia con los perretes. Tiene que ser laaaarga y con varios enganches, cómoda para la mano y que no pese para el perro. Larga porque nuestro perrete se tiene que mover y llegar cómodamente a diferentes sitios sin tensiones, si quieren oler algo que lo huelan sin algo que les esté tirando, si quieren oler un culo de otro perro o dar una vuelta para olerlo mejor que no tenga la correa tensa y meter una comunicación incorrecta en el encuentro con el otro perro,  para mí es importante que podamos “jugar” un poco con la largura de la correa por las diferentes situaciones que nos podamos encontrar en medio de un paseo sin tenernos que enrollar la correa en la mano y podernos quemar o llevar un burruño enorme y sí,  hay situaciones que sí que tenemos que llevar a nuestro perro más controlado y nada mejor que nuestra correa nos ayude en este cometido y por supuesto ligera, que a nadie le gusta ir con un lastre colgado mientras pasea, nada de llevar esos pesados mosquetones.

Mi odio por los Flexi o las correas extensibles es porque creo que es el peor invento del mundo:

  • Tienen un mango de plástico enorme donde no tienes ninguna sensación sobre lo que está haciendo tu perro durante el paseo, si tira, si está sentado o corriendo hasta que notas el golpe final del frenazo.
  • El freno para controlar al perro para darle distancia o acotarlo es una pesadilla, ves muchos perros arrastrados por la calle para poderlos acortar la correa, o bien te quemas las manos porque no has puesto el freno y el perro ha salido disparado y no lo puedes controlar.
  • La correa va en una eterna tensión durante todo el paseo, cuando se acerca a un niño, a un perro, a la farola para olerla… son paseos que no llegan a ser armoniosos para nuestro compañero porque esa tensión en el fondo les está comunicando que esté en una constante alerta sin darnos cuenta y lo peor es cuando tiene que comunicarse con otro perrete y ya desde un principio el encuentro no es amable, entre la tensión continua, nuestra falta de sensibilidad por el mango de plástico, el freno que hay que soltarlo y hace un ruido horroroso…. Demasiadas cosas malas para que valga la pena por el simple hecho de que “son cómodas”.
  • Y por último y muy grave también es que al tener ese mango tan horrible y no tener ninguna sensación sobre lo que está haciendo tu perro y que además los “flexis” los suelen llevar perros pequeños, es que si te distraes, por ejemplo, viendo un escaparate y has dejado sin poner el freno puesto tu perrete puede que esté cruzando la calle y te puedes dar un gran sustazo….son horribles.

A la hora de elegir la correa piensa en el paseo de tu perrete y no en tu comodidad para dar el paseo, es su momento y lo tiene que disfrutar.

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